¿Y dónde estamos?

El periodismo en Jinotepe es mayormente radial, desde sus primeras experiencias haya por los años sesenta con radio “La voz de Jinotepe” hasta llegar a las dos únicas radios que existen hoy en día “Stereo Sur” y “Romance”, ambas en Frecuencia Modulada y de corte comercial. De tal modo, que no es difícil sintonizar estas dos emisoras y escuchar su variada programación desde noticias, comentarios y saludos; todo lo antes comunicación, ese proceso de emitir y recibir mensajes mediante un medio. Podemos afirmar que todos los que trabajan en un medio hacen comunicación, eso es un hecho. Lo que también es un hecho que dentro de esa gama de personas hay quienes hacen un buen y un mal trabajo dentro de comunicación.
Pocos de estos espacios radiales son dirigidos por periodistas o comunicadores graduados o con alguna tecnificación. Esta situación produce la mediocridad en la radio, la mediocridad de contenidos y la mediocridad en las audiencias pues genera un círculo vicioso de información que no contribuye a desarrollar la conciencia de quienes escuchan. Sin embargo, es digno y se debe reconocer que hay comunicadores empíricos que han sabido prepararse y hoy por hoy hacen un buen trabajo de periodismo y comunicación.

Males de periodismo local
Es un hecho que la gente que hace un mal trabajo denigra el gremio y mancha la imagen en la sociedad. Ese mal trabajo es mercantilizar la información al cobrar prebendas por emitir una información favorable sobre un tema determinado, ese tipo de prácticas son comunes dentro del periodismo local. Esta práctica no solo es realizada por intentos de periodista si no que también es muy común entre algunos periodistas que se llaman profesionales. Una cosa es venderse, en el sentido amplio de la palabra, como periodista; otra cosa es vender la publicidad que es el único medio de sobrevivencia que existe y esto es otro limitante para el comunicador o periodista porque de cierto modo limita las posibilidades de imparcialidad del comunicador pues muchas veces las empresas demandan que no se hable en mal de ellos. Sin embargo, esta en la fortalece de carácter y el profesionalismo el no caer en este tipo de prácticas.
Otro asunto muy diferente es vender un trabajo imparcial como la redacción de revistas institucionales u otros medios independientes. Pero es antiético recibir prebendas para informar a favor de temas nada claros.
Del mismo modo, existe un índice alto de politización dentro de los comunicadores y periodistas, muchos responden a intereses partidarios y esa situación tergiversa la información por involucrar creencias políticas que nada tienen ni deben influenciar.
Un tema muy particular y quizás el más importante por su impacto dentro de la profesión son los celos profesionales que se generan a lo interno, tanto por la publicidad como por las fuentes. Es un asunto muy delicado que seguirá ocurriendo si los mismos periodistas que se llaman profesionales no reconocen lo digno del trabajo de quienes no son periodistas ni comunicadores, pero que hacen un buen trabajo. En este sentido, es vital una organización sin sesgo alguno que trate de conciliar a los periodistas, graduados o no graduados pero que hacen las cosas bien, como un bloque que obligue a dueños de medio a cerrar filas ante personas que no merecen ni ser llamados comunicadores.

Pasos para avanzar
Es urgente que los periodistas “profesionales” y los empíricos tomen en serio su rol en la sociedad, el rol de informadores, educadores y generadores de entretenimiento, roles que debe practicarse con principios básicos del periodismo como son la ética, la imparcialidad, la objetividad y la responsabilidad.
Asimismo, es imperativo que en Jinotepe los comunicadores sociales de carácter empírico se rijan por el periodismo como profesión. La digna profesión de informar con veracidad y apegado lo más que se pueda a los hechos, en respuesta al compromiso social de ofrecer calidad mediante espacios de comunicación que generen un verdadero debate y que no se sesguen en política barata. Un buen periodista debe tener claro el concepto de responsabilidad informativa, ese asunto de responder ante la veracidad de los hechos que se informan, de verificar las fuentes, buscarlas, escuchar las versiones de los hecho y a base de eso construir una noticia imparcial, completa y que no deje ninguna duda del tema.